viernes, 14 de febrero de 2014

EN EL DÍA DE LOS ENAMORADOS, UNA SILLA ELÉCTRICA!

Hoy me tocaba sacar fuerzas de flaqueza para alcanzar la inspiración necesaria que me guiara a logra la imágen apropiada a lo pedido por @RMTF en este día décimo cuarto. A propósito, Día del Amor y de la Amistad o día de San Valentín. Y quise encontrar un símil entre estas dos circunstancias. Amar y ser electrocutado. Pero nada que ver. La musa se fué de rumba.

Leyendo un poco de la historia del llamado Día de San Valentín, uno se encuentra con historias como éstas:
En el año 270 A.D., Marco Aurelio Claudio Agusto (Claudio II, “El Gótico”) prohibió los casamientos. El estado estaba en crisis y los jóvenes se negaban a alistarse en el ejército amparado en su derecho de esposados. El obispo Valentín salió al cruce de ello y comenzó a realizar casamientos secretos, por lo que fue decapitado, al parecer un 14 de febrero. Valentín fue obispo de Interamna durante este período de opresión. El pensó que los decretos de Roma eran indignos y estaba convencido de que el pueblo debía ser libre para amar a Dios y para contraer matrimonio por lo que le pidió a las parejas jóvenes que fuesen a él. Cuando lo hicieron, Valentín los casó en secreto, y los unió en matrimonio.
Pero llegó un momento en que apresaron a Valentín y lo llevaron ante el emperador. Éste vio que Valentín era un hombre de una gran convicción y voluntad superior a la del resto de los hombres. Claudio intentó persuadir a Valentín una y otra vez para que renunciase al Cristianismo y sirviese al imperio y a los dioses romanos. A cambio de ello, Claudio estaba dispuesto a perdonarle y convertirle en uno de sus aliados. Pero San Valentín se aferró a su fe y no renunció a Cristo. Debido a ello, el emperador le sentenció a una ejecución en tres partes. Primero darle de latigazos, luego le apedrearían y, finalmente, le decapitarían. Valentín murió el 14 de Febrero del año 270 A.D.
Mientras se hallaba en la cárcel, y durante las últimas semanas de su vida, algo impresionante sucedió. Esperando que se ejecutase su sentencia, el carcelero, habiendo visto que Valentino era un hombre de letras, pidió permiso para traer a su hija, Julia, a recibir lecciones de Valentino. Julia, quien había sido ciega desde su nacimiento, era una joven preciosa y de mente ágil. Valentino le leyó cuentos de la historia romana, le enseñó aritmética y le habló de Dios. Ella vio el mundo a través de los ojos de Valentino, confió en su sabiduría y encontró apoyo en su tranquila fortaleza. Valentín se enamoró de la hija ciega del carcelero Aterió. Durante el tiempo que permaneció encarcelado, se produjo un milagro y ella recuperó la vista Valentín le envió a ella una nota de despedida, firmándola “de tu Valentín.”
Aún hoy en día, este mensaje sigue siendo el lema de las celebraciones del Día de San Valentín o Día de los Enamorados.

Y con respecto a la brillante y oportuna asignación de los geniales cerebros del Concurso #Unafotoxdíax28días pidiendonos fotografíar como tema una silla eléctrica, en lugar de asuntos relacionados con el amor y la amistad como muchos podrían haber supuesto, me fui a los anales de Amnistía Internacional.
Copio: Thomas Edison (1847-1931), fue el inventor de la bombilla. Lo que no se conoce tanto es que también participó en el invento de la silla eléctrica. Un empleado suyo, Harold P. Brown, fue el que llevó a cabo el desarrollo de este nuevo sistema de ejecución.
El invento se enmarcaba por un lado en la búsqueda en los Estados Unidos de un sistema de ejecución más eficaz que la horca, y por otro, en una batalla comercial, en la competencia feroz a finales del siglo XIX desatada entre Thomas Edison y George Westinghouse (los dos inventores y empresarios), por la implantación de un sistema de suministro eléctrico doméstico. Edison defendía la implantación de la corriente continua, y Westinghouse la alterna. La silla eléctrica de Brown y Edison funcionaba con la corriente alterna de su competidor, Westinghouse, con la pretensión de que el invento, asociando corriente alterna y silla eléctrica, haría que los consumidores no aceptaran en sus hogares la misma electricidad usada para la ejecución de los condenados, temerosos de su peligrosidad. Fue precisamente entonces cuando se empezó a utilizar la palabra "electrocución".
En 1889 el estado de Nueva York aprobó la silla eléctrica de corriente alterna como nuevo sistema de ejecución. El primer ejecutado con la silla eléctrica fue William Kemmler (prisión de Auburn, 6 de agosto de 1890). La primera mujer fue Martha M. Place (prisión de Sing Sing, 20 de marzo de 1899).
A pesar de su presunta mayor efectividad respecto a la horca, desde los primeros momentos su utilización estuvo envuelta en polémica, debido a varias situaciones en las cuales las víctimas no murieron instantáneamente y tuvieron que ser sometidas a múltiples descargas eléctricas. No obstante, su utilización se fue extendiendo por los estados de la Unión. En teoría, la inconsciencia ocurre en una fracción de segundo. Sin embargo, hay informes de víctimas cuyas cabezas ardieron, transformadores quemados, desprendimientos de las correas de sujeción u otros incidentes, con el resultado de ejecuciones temporalmente interrumpidas o largas agonías y padecimientos.
A medida que fue avanzando el siglo XX se fue cuestionando cada vez más la utilización de la silla eléctrica. Después de convertirse a principios de siglo en el método de ejecución más utilizado en los Estados Unidos, posteriormente empezó a ser abandonada, sustituida en algunos estados por la cámara de gas y, a mediados de los años 80, por la inyección letal. En el año 2004, sólo se utilizaba en Alabama, Florida, Nebraska, Carolina del Sur, Tennessee y Virginia en los Estados Unidos de Norteamérica.

¿Que porqué narro ambas historias, pues porque el denominador común de los dos episodios a que se refiere este post está enmarcado en sanciones o castigos basados en condenas dictadas por seres humanos en contra de otros por alguna razón respaldada en juicios o sentencias socialmente aceptadas en un entorno histórico específico. 

Volviendo a la inspiración para hacer mi imagen del día, sentí que podía lograr realizar una escena donde el juicio y la sentencia de alguien contra un evento humano particular pusiera en peligro las libertades. De ellas, la libertad creativa, como tambien ha sucedido innumerables veces en nuestras civilizaciones. Incluso llegandose a someter a un castigo sobredimiensionado a obras y autores, mediante la censura, por supuestas violaciones a códigos de moral, ética o religiosidad en mi criterio muy subjetivas y cuestionables. La Censura puede ser tan cruel como la silla eléctrica para las expresiones humanas. La censura es la marginación de la obra del artista. No existes para ellos, no te programan y se cierran las puertas de los grandes museos. “Sólo existes cuando te veo”. Nadie los ve, no conocen sus últimas obras, ni lo que están haciendo, por lo tanto no existen para la mayoría. Mueres, como si hubieses recibido una descarga eléctrica.






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