miércoles, 12 de febrero de 2014

ESTOCOLMO Y EL SINDROME QUE MUCHOS SUFRIMOS.

Desde joven me imaginaba a Suecia como el país con las mayores libertades para la práctica de cualquier actividad sexual o mejor dicho el único, cuando aún no se habían desatado los demonios del libertinaje a nivel mundial hasta que el acceso a la web nos permitió enterarnos de que la gente hace todo tipo de "cositas" desde hace siglos, en todos los paises, en todos los estratos sociales y cada vez nos reinventamos. Perdí así mi capacidad de asombro y nació mi desencanto, lo confieso, por aquel país paradisíaco. Eran mis tiempos de adolescente y leia cualquier cosa que se refieriera a aquella Nación que evocaba mis fantasías y mis sueños de que si alguna vez saldría de este país tan pacato, con seguridad iría, primero que a ninguna parte a Estocolmo. Por ello me enteré de la noticia del secuestro de aquellas personas en el Banco que dió lugar a la expresión que sustenta el conjunto de síntomas que según los que saben, afecta a todas y a todos aquellos que manifiestan apego, solidaridad, comprensión, adaptación y hasta enamoramiento por la fuente de la privación de sus libertades individuales y por antonomasia se aplica a quienes no pueden desprenderse del sometimiento del que pueden ser víctimas. Bien sea por sus parejas, sus padres, sus maestros, sus captores, sus guardianes y hasta sus vicios.
Anoche, los malvados de #unafotoxdiax28días nos lo lanzaron a boca de jarro. El síndrome de Estocolmo.
Ví muchas imágenes en Google buscando inspiración. Y el que diga que no lo hace, miente. Y de pana que hay de todo. Desde las expresiones más masoquistas, hasta las más libertarias.
Como de costumbre, siempre me voy por lo sencillo y positivo. Pero en esta oportunidad sentí que debía hacer ironía de aquellos que creen que porque algo es común, es normal, es bueno y aceptable.
Mi Síndrome de Estocolmo del día de hoy:



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